Las lecciones de la carne al horno…
Cuenta una historia (con suerte, verídica) que una mujer le estaba enseñando a su hija adolescente a preparar una colita de cuadril al horno con papas. Cuando llega al último paso le muestra cómo debe cortarle la punta, unos 5 a 7 cm. Su hija le preguntó por qué debía cortar la punta (es de adolescentes el exigir explicaciones). Ella, sorprendida, le dice que no sabe, y que si quiere saber debería preguntarle a su abuela que se lo había enseñado así. Sin darse por vencida, la joven le repite la pregunta a su abuela (por Whatsapp, las abuelas hacen hasta lo imposible para comunicarse con sus nietos). La abuela, también sorprendida, le dice que no sabe, y que si quiere saber debería preguntarle a su bisabuela que se lo había enseñado así. Finalmente, la joven le repite la pregunta a su bisabuela (ya no por Whatsapp,… todo tiene un límite). La bisabuela, piensa un rato (hace tiempo que no cocina), y le llega el recuerdo: «Sí, yo la hacía en una fuente chiquita, si no le cortaba la punta, no entraba!!!».
Historias como estas nos llegan, no por su veracidad histórica, sino porque nos recuerdan que con el tiempo debemos revisar nuestras rutinas. En los circuitos administrativos el crecimiento de la empresa, los cambios tecnológicos y el paso del tiempo en general nos exigen una permanente observación.
A modo de check list, repasemos algunos puntos:
– Duplicación de tareas, realizadas en diferentes sectores o incluso en el mismo
– Tareas, o pequeñas rutinas, dedicadas a informar a alguien o a generar reportes que ya no se hacen
– Controles, pueden volverse redundantes (repetidos) o pueden estar comparando algo con sí mismo
– Autorizaciones, que quedaron en manos del que realiza la acción
– Imprimir informes, que luego obligan a trabajar sobre papel, perdiendo la versatilidad de los datos digitalizados
Quedan para otra oportunidad aquellas rutinas que aún no existen. Para ello habrá que recordar otra historia…
Las lecciones de la carne al horno…
Autor
Lic. Mariano Mendoza