Los costos en las empresas son una cuestión crítica, ya que nos permiten saber nada menos que la viabilidad de nuestro negocio. Estimarlos por arriba o por debajo de lo real es muy peligroso, como también lo es incurrir en más costos para obtener los datos. La clave es desarrollar un sistema de costos adaptado a nuestro negocio. Y al final del camino no caer en el error de recortarlos en forma indiscriminada.

Es bien sabido que los costos en las empresas son una cuestión crítica, ya que nos permiten saber nada menos que la viabilidad de nuestro negocio, y nos ayuda a elegir estrategias competitivas. Esto no es exclusivo de las industrias; también el comercio y las empresas de servicios necesitan conocer sus costos, y cada una de ellas tiene características que deben tenerse en cuenta.
Estimar costos (y a partir de ellos, los precios) en forma exagerada nos puede dejar afuera de ciertos negocios equivocadamente. Por otro lado estimarlos por debajo nos puede hacer correr el riesgo de no recuperar todos los gastos, y desangrarnos financieramente de a poco. Por eso llegar a un óptimo nivel de certeza se vuelve fundamental.
La teoría de costos nos permite abordar todo tipo de negocio y llegar con precisión a números reales, pero ser muy dogmáticos tiene el riesgo de ocasionar más costos aún para llegar al resultado. Por eso, en este tema también es sano mantener un equilibrio y ser prácticos.
Tal vez el punto central en la determinación de los costos es planificar un sistema de costos, o sea establecer qué datos vamos a relevar, cómo registrarlos y cómo procesarlos. Y luego definir la forma de controlar los resultados para asegurarnos que son representativos de la realidad. Aquí contar con un sistema de gestión flexible y con asistencia profesional es un requisito a tener en cuenta.
Por último, y muy importante, no caer en el error frecuente de recortar costos en forma indiscriminada cuando empezamos a verlos. Esta reacción es sólo justificable en tiempos de crisis, en casos de emergencia. Algunos de nuestros costos son los que permiten que nuestros productos o servicios tengan el valor que nuestros clientes perciben como fundamentales. El desafío está entonces en descubrir cómo llegar a crear valor de forma más eficiente, es decir con menores costos.

¿Cuál es el estado de salud de su empresa?
Autor
Lic. Mariano Mendoza